En otras palabras, humildemente, después
de empaparse, trato de transmitir y contar aquello en el que todos
estamos enraizados; en lo que primero nos ha formado y ha llegado a ser
nuestro solar patrio. Llegados aquí,cabe hacerse una
pregunta. ¿Está Mondoñedo mejor que en aquellos años 40-50 del pasado
siglo? La respuesta, bajo mi modestísimo punto de vista es,
inequívocamente, negativa. Sí, mejor cuidada, equipada pero menos
alborotadora. Pero no nos quedemos en los felices –para mi–
años 40-50 y revisemos algunos aspectos de lahistoria de ciudad.
Antes de proseguir pediré, que conocedor de que a algunos ya el tema les aburrirá, por sabido, les ruego –una vez más- me disculpen de antemano y trataré de no agotar su caudal de paciencia, que es mucha.
Recurriendo a trabajos largos y pormenorizados llevados a cabo por los investigadores, Ilmos. Srs. Enrique Cal Pardo, Santos San Cristóbal, y Dr. Mayán Fernández, así como del mindoniense D. Ricardo Pedreira y, a algunos apuntes y recortes mal archivados, notas repletas de una curiosa mezcolanza de información u opinión, me tomo la libertad de escribir estos folios, una especie de -totum
revolútum- para con su lectura, formar una sucinta
película de hechos y llegar a conocer y comprender la historia,
personalidad y facetas de la ciudad episcopal. Del futuro de mañana forma parte el presente de hoy, y también el pasado de ayer.
oooOooo
* SAN MARTIN DE MONDOÑEDO.- Es la Catedral más antigua de España y allí estuvieron prelados durante 246 años. Los obispos de San Martín de Mondoñedo fueron unos catorce y entre ellos San Gonzalo, que, con sus oraciones, consiguió hundir las naves de los normandos. Otro gran obispo de allí fue SanRosendo, una de las figuras más destacadas de la Galicia medieval.
* MONDOÑEDO, a principios del siglo XII, se estableció en ella la Sede Episcopal. Lo que es hoy MONDOÑEDO, se llamaba VILLAMAYOR DE BREA.
* PASA LA SEDE A RIBADEO. El Rey Fernando II, en 1182 estableció allí la Sede y allí estuvo hasta que en 1219, el Obispo Don Martín se asentó definitivamente en MONDOÑEDO.
* En 1959 el Papa Juan XXIII, -el Papa bueno- hizo a la ciudad de Ferrol concapital de la Diócesis. Este Papa, (1958-1963), hoy Beato, de nombre de pila, Ángelo Giuseppe Roncalli, había visitado MONDOÑEDO en Julio de 1954, siendo Patriarca de Venecia. En 1962, elevó la Catedral a la categoría de Basílica Menor.
La entrada de los señores OBISPOS en la ciudad constituía también especial motivo de vistosas ceremonias.
* LA CATEDRAL.- Dedicada a la Santísima Virgen de la Asunción. Esta gigantesca obra es el monumento más primitivo e importante de la ciudad. Puede decirse que lo llena todo. Así, las calles nacieron en sentido radial a partir de la plaza. Comenzada en 1219 yconsagrada en 1248. Los Monarcas de León, Alfonso IX, (1188-1230) y Fernando III el Santo, (1230-1252),visitaron las obras y ayudaron a sufragar los gastosdel templo. También visitó la ciudad, Alfonso XIII, en el año 1929.
Como iglesia catedral disponía de un coro de asientos de piedra en donde los prebendados cantaban o rezaban las Horas del Oficio Divino. La segunda década del siglo XVI proporciona a la Catedral un nuevo coro de madera actualmente existente, compuesto por 54 asientos, entre altos y bajos y de gran valor artístico. En 1965 se quitó el coro central que dejaba poco espacio adelante y se puso en un ala del templo. Solo una parte se colocó junto al retablo mayor. El rosetón se realizó en el siglo XIII y sus cristales ofrecen un bello mosaico, iluminados por la luz de Cristo. Pero hay más. La Sede es algo congénito con MONDOÑEDO y cuando en las grandes solemnidades toca a vuelo la gran campana mayor de la Catedral, llamada “LA PAULA”, su sonido bronco retumba en los montes, resuena en el valle y se oye en calles y rincones de la pequeña urbe.
* En 1902, a instancia del Diputado a Cortes, Don Avelino Montero Villegas, la catedral es declarada MONUMENTO NACIONAL.
Durante siglos, la influencia de la religión invade todo el acontecer ciudadano. Escribe D. Ricardo Pedreira Pérez, en uno de sus libritos publicados bajo el titulo de “ESTAMPAS MINDONIENSES DE MI NIÑEZ”,que en 1946-47 (yo diría que incluso en la década de los 50),“el clero catedralicio estaba formado por 13 canónigos capitulares y 10 beneficiados”. Estos,escuchando el esquilón (campana) llamando a coro a los canónigos y beneficiados iban presurosos a ponerse el traje coral para cantar las largas salmodias.
La Catedral era el único templo existente en MONDOÑEDO y en ella radicaba la Parroquia de Santiago –también disponía de pila bautismal- y a él acudían todos los sacerdotes a celebrar Misa. De ahí, que hubiese dos sacristías: una para los prebendados, “Sacristía Mayor”, que se puede considerar una de las estancias más bellas de todo el templo catedralicioy una “Sacristía Menor”, para los sacerdotes.
Muchas cosas no han llegado a nosotros, pero es en el Siglo XX, especialmente la segunda restauraciónllevada a cabo por iniciativa del Obispo Monseñor Argaya en 1.963, quien deja un mal recuerdo de su iniciativa. Manejó los hilos e indujo aque retirarontodos los altares y retablosadosados a las paredes exteriores, excepción hecha de los cuatro de la girola. Escribe Don Santos al respecto: “Puede decirse que ha sido la transformación más drástica que ha sufrido el edificio en toda su historia. Me atrevería a decir que fue un desguace de siglos de historia, como si hubiera pretendido olvidarlos”. Sobre gustos no hay nada escrito. Pera esa es ya, sí, otra historia.
Continua escribiendo Don Santos: “Quienes conocieron la Catedral de Mondoñedo la vieron mas recoleta y devota e incluso conmás cosas de valor artístico y no deja de ser simbólico el nombre de “La Catedral arrodillada”, con que se la conocía hasta 1968,en que se llevó a cabo la explanación y construcción de la plaza que se halla ante la Catedral, se retiró la verja de piedra y de hierro que rodeaba la pequeña plazoleta y se colocó bordeando parte de la nueva plaza.
Los que aún recordamos la catedral y que todavía nos quedaallá en los sótanos más escondidos de la memoria como era –setenta o más años solo son un instante- coincidimos con la dura y sincera apreciación de D. Santos. Todos tenemos derecho a expresar, desde el respeto, sus críticas y sus discrepancias. Ahora la situación no tiene marcha atrás. Así de crudo. Así de claro.
* SEMINARIO: El Real Seminario Conciliar de Santa Catalina fue el tercero que se fundó en España. Es el edificio más típico de su clase en España. En 1573, ya existía y el primitivo edificio estuvo situado casi frente a la Catedral. El Rey Carlos III le dio el título de Real. Hasta no hace muchos años se formaba una bella estampa de multitud deseminaristas (del orden de 200) que allí se formaban para sacerdotes y un bello cuadro era verlos en largas filas por las calles, vestidos de cuatro puntas, con borla también roja. Desde 1954 los seminaristas toman parte en las funciones solemnes de la catedral.
El 30 de Mayo de 1949, siendo pastor dela diócesis el obispo D. Fernando Quiroga Palacios coloca la primera piedra para la construcción del tercer pabellón, estando aun pendiente de finalizar el segundo.
En 1954 tuvo lugar la bendición solmene de la nueva capilla del Seminario.
El prelado, Don Mariano Vega Mestre, al bendecirla dijo: “Ha llegado el día soñado por mi, el día deseado por vosotros…” La fachada toda ella de granito en una gran parte, con la Virgen de la Asunción y los escudos de dos prelados: Don Fernando y D. Mariano.
La Iglesia ha superado graves crisis a lo largo de la Historia.
El Beato Juan Pablo II y ahora Benedicto XVI, nos dicen que la Iglesia tiene que entrar a vivir con todas sus fuerzas el proyecto de la “nueva evangelización”, que lo tiene que ser: “nueva en ardor”, “nueva en método” y “nueva en expresión”.
Hemos salido de un mundo anterior, el de la infancia y juventud de mi generación, que era un mundo politica, moral y religiosamente unificado, al menos en apariencia, pasando ahora a un mundo de ambiente de increencia, un mundo que a menudo percibe el cristianismo como una reliquia del pasado. Frente a los agoreros y los que piensan que no hay soluciones, nuestra confianza en la nueva evangelización de la sociedad, cimentada en la alegría y la esperanza.
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