No cabe duda que es un juez valiente y trabajador, que gusta mucho la presunta imparcialidad que le puede conferir no pertenecer a ninguna asociación de jueces.
Así como que le ha dado a la Justicia una buena dosis de crédito y especialmente para aquellos que ¡arre!, que ¡arre!, que ¡arre!, en contra de la Justicia. El Rey, con mucha serenidad, dijo que “la justicia es igual para todos".
Y el Sr. Juez, en su auto, sienta que “la justicia es igual para todos”. Los dos nos hacen ver que ambas Instituciones funcionan y que están porque en España haya Justicia de primerísima calidad.-           
Gracias a Dios, hay en España muchos jueces con parecido o superior nivel, sin que esto sirva de descrédito para el Sr. Castro, pues sólo pretendemos aclarárselo al pueblo, a la sociedad, con todos los respetos para el instructor.-
Pero, a lo mejor, hay que pensar que con su declaración no se va a imputar a si misma porque, entre otras cosas, no tiene porque declarar y si declara tiene el derecho de no decir la verdad sobre aquello que le perjudique, y, desde luego, el también derecho a no declarar en contra de su marido. Y además ya en el auto se dice lo que se le va a preguntar.
Pensamos que el esmerado celo del Sr. Juez, quizás tal vez venga de la influencia mediática y de la categoría de la persona imputada, así como del sabido deseo de una pequeña parte de la sociedad que quiere ver a doña Cristina en el Juzgado.
Razona muy ampliamente la imputación y por qué se debe traer a la Infanta a declarar (19 páginas) y entre aquellas que “sería un cierre en falso en descrédito de la máxima de que la justicia es igual para todos y con clara contradicción a la práctica cotidiana de los juzgados y tribunales que en casos similares es muy escasamente probable que prescindieran del trámite”.
Fundamenta el Sr. Juez “es muy escasamente probable”. Luego cabía y cabe la posibilidad de que Doña Cristina podía no ser llamada a declarar como imputada, porque como dice el Sr. Juez otras u otros no fueron llamados a declarar, en otras causas. Claro está.
Por ello no existiría ese probable descrédito para la Justicia, en el sentido de que es igual para todos, porque parece que, según el razonamiento del propio Sr. Juez, no todos acuden o son llamados a declarar, en el caso de cónyuges.
Por otra parte, jamás puede repercutir negativamente un “cierre en falso” porque una vez enviada la causa a la Audiencia Provincial, ésta puede devolverla y ordenarle al Sr. Juez instructor recibir declaración como imputada, o como sea, a S.A. Real la Infanta, que, al recurrir el Fiscal, al fin,  es lo que va a pasar.
 Es de tal enorme garantía el procedimiento judicial que ahora podemos pensar lo contrario de que no se le llamaba a la causa “por ser quien es”. Y habrá quien ahora piense que la llaman, precisamente, “por ser quien es”, porque no olvidemos que, según el propio Sr. Juez, cabe una “escasa probabilidad” de que se prescindiera de ese trámite. Y además, el Tribunal superior, a tiempo estaba de ordenar hacerla comparecer, creemos que con criterios más elevados, simplemente porque el Tribunal son tres jueces y no uno sólo. Sin embargo, además de que sólo pretendemos informar por el bien de la Justicia, respetamos escrupulosamente y aceptamos la Resolución del Sr. Juez instructor.
Así lo opino.

  LORENZO ARES ROBLES - Mondoñedo

 

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