Los de la ciudad episcopal confirman su ascenso a dos jornadas para el final.
Bajo este titular, que leo en la Voz de Galicia –suplemento "A MARIÑA"– del día 15, me vienen a la memoria muchas cosas con esto del fútbol en nuestra ciudad y que algunos llevamos muy adentro.
 
Pero antes de nada, quisiera felicitar a la junta directiva, entrenador y plantilla, personas que tal vez de forma discreta,  callada, dedicación y esfuerzo,  hicieron un trabajo importante,  cuyo resultado ahí está a la vista de todos: ASCENSO DE CATEGORIA.  No me olvidaré de los aficionados que, domingo tras domingo, animan en el Campo de Viñas da Veiga y se convierten en el jugador númerodoce, con su apasionamiento –que no acaloramiento-  desfogarse de algún que otro berrinche y ayuda tan necesitada en algunas  ocasiones, por no decir siempre. Como corresponde. ¡¡ENHORABUENA!!
 
Aprovecho esta buena noticia, especialmente  para los futboleros, para   volver a la juventud no solo lejana, sino en la distancia, y,  me vienen a la memoria infinidad de anécdotas relacionadas con esto del fútbol en Mondoñedo, cuya pasión forma parte esencial de los mitos de mi infancia y juventud  –años 1950– cuando  se jugaba en lo que hoy llaman, Campo dos Paxariños, vallado  para la ocasión,  por la parte recayente  la carretera.
 
 Existían por entonces, cinco equipos:  Celta de los Remedios,  Troya, Huracán,   Pelamios y  San Lorenzo, por cierto, éste último es el equipo del actual Papa Francisco.  No todos los equipos jugaron en la misma temporada, pero sí cuando menos tres. Podríamos hacer una vaga e imaginaria  división geográfica  de el por qué de tantos nombres: El Celta, era más bien desde el Cristo a  los Remedios;  Troya y Huracán,  de los del centro de la ciudad; San Lorenzo, fue  algo así como un provisional cambio de nombre del Celta,  y, por último, Los Pelamios, que  representaba  al  barrio de Los Molinos. Aproximadamente,  esto era más o menos así y creo no equivocarme mucho. Seguro que alguien podra corregirme.
 
Aquella década,  que uno recuerda bastante bien,  Mondoñedo,  tenia algo así como el doble de habitantes que hoy en día y las familias -me atrevo a decir que la mayoría- éramos  numerosas. Por eso,  el haber tanto equipo de fútbol, deporte que practicábamos en cualquier lugar: Alcántara, Plaza del Seminario, Alameda (aquí siempre pendientes del municipal de turno)  y, tal vez,  en alguna calle o plaza. Por aquellas fechas,   apenas habíamos visto un partido de cualquiera  las tres principales  divisiones del fútbol español – circunstancialmente algún partido del Trofeo Emma Cuervo, de Ribadeo, casi siempre entre un equipo de Asturias y otro de Galicia, y,  se pueden imaginar cuales -  o el mismísimo, Trofeo Teresa Herrera, de A Coruña, que por aquellos ya lejanos años era, y es todavía hoy en día, de los más sonados e importantes trofeos veraniegos. Por TV,  nada de nada, ya que las primeras pruebas en Madrid se hicieron en 1956 y tardó años en  llegar a nuestra ciudad. Así las cosas los dribling y restantes lances del juego, eran de “cosecha” propia. No como hoy que todo el mundo puede emborracharse de fútbol del bueno y ver lo que hacen los Messí, CR. y otros excelentes jugadores que casi a diario vemos por la  pequeña pantalla.  Mucho han cambiado las cosas  y  el correr de los años me ha permitido ser testigo de estas vivencias. Por entonces, lo único que sabíamos era coleccionar cromos y escuchar la radio los domingos para conocer los resultados al final de cada jornada. Para un joven de hoy, esto resulta vago y difuso, singular y al mismo tiempo, tal vez,  ininteligible.
 
 El Mindoniense  - hoy Mondoñedo, según parece -  alcanzó la máxima categoría que uno recuerda en el fútbol de su querida ciudad, con su participación en la 3ª División, hace ahora 12 años. Si no he leído mal, después de este meritorio ascenso a la Segunda División Autonómica, el próximo ascenso seria retornar a aquella y recuperar protagonismo. Siempre es bueno evocar los sueños.
 
Finalizo, diciendo que podría poner  nombres de personas que por aquellos años hicieron mucho por el fútbol en Mondoñedo, que me honro en tener presentes, a muchos de los cuales conocí y traté, personas anónimas que amaban el fútbol como nadie.  De Mondoñedo salieron -  pocos, pero buenos - destacados jugadores profesionales,  como es el caso de ALVARO,  que jugó 11 temporadas en el Valencia C.F. al cual conocí ya de mayor, hombre de marcada personalidad, famoso en el campo  por su dureza y todavía recordado y JOSÉ RAMÓN García, persona sencilla en la forma de ser y comportarse, amigo de sus amigos, que llegó a  ser titular del  Córdoba C.F,  cuando éste militaba en la 1ª división y que cubrió la marcha  del entonces portero Reina  al F.C. Barcelona  y más tarde al Atlético de Madrid –   padre del portero suplente de la Selección Nacional y Campeona de Europa y del Mundo y que actualmente forma parte de la plantilla del  Liverpool F.C.     
 
Lo dicho, mi más cordial y sincera  enhorabuena y a continuar en esta línea, de trabajo y constancia. Ya sabemos que  al comenzar cualquier nueva etapa, como  el cambio a categoría superior, el esfuerzo por alcanzar el objetivo es casi siempre mayor que el anterior. La vida humana es un esfuerzo constante y en el fútbol como en toda competición/deporte, no hay otra forma de asegurar el rumbo hacia la victoria, que a base de compañerismo, autodisciplina, dosificando esfuerzos y sin que nadie quiera monopolizar el triunfo.
¡¡ÁNIMO Y SUERTE!!

 
Antonio Doménech Ladra - Valencia


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