El lunes 12 de mayo actual se vio y leyó por las redes sociales la triste noticia de que la Presidenta de la Diputación de León había muerto en plena vía. Hubo dudas de si fuera un atentado, que pronto se descartó, pero se continuó pensando en si sería un acto contra las Elecciones Europeas, o una acción de cabreo contra los políticos o contra los cargos públicos, por el descontento de algunas personas por el andar de ciertos políticos.-
Por fortuna, dentro de la desgracia y la amargura, no se trataba de un ataque a la Democracia. Fue un tiroteo, una acción, se decía, de disparar con arma de fuego contra una persona que, parecían estar seguros, se trataba de la Presidenta de la Diputación de León.
Pero más tarde ya se calificó la acción de un asesinato, ya se informaba de que se matara alevosamente y con premeditación a una persona y que era la citada Presidente. No tuviera lugar a la defensa la persona ya muerta, había sido un pérfido.
Pero pensamos que se seguía en un estado crítico contra la Democracia, contra los políticos. Sin embargo se reciben los primeros comentarios de que la muerte tenía más que ver con una venganza personal que con otra cosa extrema en busca de atentar contra el estado de derecho democrático.
Asuntos personales como que la sin vida había despedido “injustamente” a una funcionaria. Le había ganado una contienda judicial. Se había opuesto a que fuere en una lista electoral del mismo partido político y en otro lugar. Parece que hacía uso de una descarada prepotencia, de un extraño uso del poder.
Ante esto circulan por los medios sociales desmedidos comentarios hacia la clase política, e incluso hacia la Justicia. Y a estos pronunciamientos les salían contestaciones, continuando las réplicas, las dúplicas y las contrarréplicas.
Unos pensábamos que el asunto no debía ser sacado de su lugar, más allá de lo que parece que fue y que es un problema personal resuelto con extrema e injustificable manera, pues matar a otra persona no tiene justificación de ninguna clase e incluso ni merece debate, y, sólo la Justicia, es quien tiene las competencias del caso.
Y pensar en otras cosas como que se puede estar abriendo un proceso de violencia contra cargos públicos y políticos, sólo es competencia de mentes retorcidas.
Todos los que usaron los medios sociales para debatir y, también, para insultar y faltar al respeto a los demás, a sus semejantes, están en su derecho, en su libertad de expresión (que se debe respetar), pero lo que no les ampara este derecho es el insulto y la falta de respeto a las demás personas, a sus semejantes. No es un seguro a todo riesgo. Tiene una raya roja, pintada con mucha intensidad.
Es descabellado, es desorbitado, totalmente, lo que se presenció en dichos medios, es para sentir, como sentimos, vergüenza ajena. Hay que tener estómago, decimos algunos por aquí.-
No es bueno, ni para la salud, es perjudicial para la salud, ese odio, esa viva repugnancia, ese rencor, que creemos que observamos en muchos de nuestros queridos españoles que usan los medios sociales.
Me decía un amigo de Facebook, por un privado, “no justifico el crimen, que quede claro”, y añadía “pero la mente humana a veces se nubla si le das motivos”. Ese es otro tema de otra envergadura para otro artículo, pero bajo ningún concepto debe justificar matar a las personas. Si hay niebla deben aplicarse las luces de cruce, o esperar a que pase.
Respetemos, por favor, los derechos de presunta inocencia (aún que haya confesión) y los de defensa para los presuntos autores. Y que D.E.P. doña Isabel Carrasco. Así lo opino.


  LORENZO ARES ROBLES - Mondoñedo

 

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