Creemos que vimos circular por la red social Facebook que el gobierno noruego está a punto de sacar una ley que prohibirá la mendicidad por las calles de la nación, bajo multas llamativas e incluso la cárcel.
Un país, el noruego, avanzado democráticamente parece que le puede más la estética de las calles que la lástima, que los sentimientos de compasión (cada vez más ausentes en el Mundo), que puede producir un ser humano pidiendo limosna por tales vías o en las puertas de entrada de las iglesias y catedrales, o incluso en las de las grandes áreas de comestibles y, o, comerciales, para subsistir, para vivir, para permanecer en este Mundo. La Sra. Alcaldesa de Madrid parece que le gusta la medida y puede estar dispuesta a copiarla para la capital de España, según también lo visto por dicho medio social. Pero hay más políticos que no son partidarios de la presencia de mendigos, que, quizás, no se atreven a dar el paso adelante. Es cierto que hay mendigos que molestan, no, posiblemente, por pedir limosna, pero si por su no uso de la  educación adecuada y por molestar verbalmente a los ciudadanos, e incluso por carencia de aseo, habiendo algunos casos de agresión y otros que se cobijan en los cajones automáticos poseedores de dinero, éstos “atacados” por algunas de las entidades bancarias que comienzan a instalar sus despachos automáticos de dinero usables desde la misma calle, con el fin de que los pobres no se amparen, protegiéndose en tales lugares de dinero.
No sabemos cómo esta historia la ven Vdes. admirados lectores. Para nosotros consideramos que es complicado. Pero ello no lo vemos justificado que se resuelva con leyes, fáciles de incrustar en el papel y, al mismo tiempo, vías de ingresos para las arcas municipales. Triste debe ser que lo recaudado sirva para darnos servicios sociales a los demás. Eso es lo fácil, en que suelen agarrarse algunos gobernantes. Queremos decir prohibir es fácil. Nos recuerda al que sancionaba por tirar las mondas de los plátanos  en las calles sin poner unas papeleras a lo largo de éstas. Gobernar, para nosotros, sería, es, proporcionar alternativas de reintegración laboral e incluso soluciones humanas en centros adecuados para el caso, para estos seres humanos, que personas son, sin recursos para subsistir. Así lo opino 
 
LORENZO ARES ROBLES - Mondoñedo


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