No ha pasado inadvertido el artículo  publicado  en este Portal con fecha 14 de Junio último, cuyo título es el siguiente: “Reflexiones en voz alta sobre el turismo en Mondoñedo”,  firmado  por el también mindoniense,  José Ramón Díaz Cruz y del cual espero que nuestras autoridades políticas  puedan sacar algunas e importantes conclusiones, ya que para nada les puede ser ajeno.
 
Uno escribe de las cosas que pasan  pero no puede escribir para que pasen cosas, ni puede provocar cosas para escribir de ellas y éste es uno de esos escritos que  me tocó el corazón. Inmediatamente hubo asociación mental,  coincidencia de pensamiento. Después de haber hecho la “digestión” de lo que había leído  y  habiendo pasado  un tiempo más que prudencial,  solo tengo que añadir,  aquello  tan viejo:   “se puede decir más alto pero no más claro”.   Es para (re)leer y requiere una reflexión.  Consecuencia de dicha nota, viene todo lo que a continuación trataré de exponer y explicar.

Está muy bien  no olvidarse del pasado y recordar que Mondoñedo es un hermoso valle con verdes paisajes,  tierra  de poetas, escritores, novelistas, músicos, médicos,  buen pan, gente feliz  y alguna otra cosa que el lector quiera añadir por su parte.  Pero de lo que se trata   es de salir del estancamiento secular; estamos en el fondo de un pozo de difícil  salida y es  prioritario impulsar el potencial TURISMO,  al cual nos agarramos como única “tabla de salvación”. Tampoco es eso, cuando menos, bajo mi humilde punto de vista. Digo esto,  basándome, una vez más,   en unas  recientes declaraciones de nuestra alcaldesa, Elena Candia López,  quien  acompañada de la Directora del Centro de Estudios de Historia de la Universidad de Santiago de Compostela, opinan, respectivamente, desde su experiencia política y  su extenso conocimiento sobre  este particular y dicen,  entre otras cosas: “Candia apuntou o turismo como un dos sectores ou ámbitos que máis proveito pode sacar a sociedade e a cidade de Mondoñedo dun proxecto, que, segundo indicou a directora do Centro de Estudos de Historia da Cidade, Ana Goy Diz, tamén pode contribuír a frear a sangría demográfica de Mondoñedo e a mellorar  a estima da cidade das súas xente”. Si asÍ fuere, pues manos a la obra, que de eso se trata, de frenar la emigración  a los jóvenes, que buscan su futuro y sentido a su vida.
 
Hacer declaraciones es fácil - pasa como el escribir -,  el papel lo aguanta todo.  Visto lo visto,  observo que algo se mueve en positivo y tengo plena  confianza en que más pronto que tarde figurará  MONDOÑEDO en el mapa de las ciudades a visitar en Galicia, principal y especialmente,  cuando se trata  de un turista que se acerca por A Mariña;  ahora, por cierto, más visitada que  nunca - tirón que, poco a poco, debiera repercutir en  la excapital del Reino de Galicia y sede episcopal, avalancha propiciada  por obra y gracia de la repetida en tanta ocasión playa ribadense de  “AS CATEDRAIS”,  y, desde no hace mucho, al CAMINO NORTE de Santiago de Compostela, todavía poco concurrido, pero con un potencial importante  y,  aun falto de rectificaciones urgentes en sus  tramos,  etapas  e infraestructuras en MONDOÑEDO, respecto de cuyo asunto, recientemente he leído lo que escribe, Lorenzo Ares  Robles,  sobre  una  iniciativa privada en curso, dirigida especialmente al peregrino y digna de los mejores elogios y a la cual le deseamos el mejor de los éxitos. 

Como lego en la materia, no pretendo descubrir soluciones. Uno es el primero en reconocer  que  se trata de una ardua tarea, que se hace lo que se puede, pero tal vez no sea suficiente. Lo del problema de la demografía y su evolución positiva, pues ya me dirán como se resuelve si no  logramos retener - el problema hay que resolverlo en origen -  a nuestros jóvenes a base de proporcionales  oportunidades y facilitarles ayudas de todo tipo a los autónomos y emprendedores, que a buen seguro,  habrá  más de uno.  En  los últimos cincuenta años - que pasan volando -  hemos pasado a menos de la mitad  de la población y,  no olvidemos que,   en democracia,  los votos  tienen su peso en oro. ¿No es para preocuparse?  ¿No se podría pensar en una ayuda por hijo a las familias modestas? Quiero recordar que existe algún ayuntamiento que tiene en vigor  esto. Hay que cambiar esta tendencia suicida o nos vamos,  como vulgarmente se dice,  al garete. 

Pero continuemos con el potencial turístico,  “paño de lágrimas”  de nuestros días.  Pues bien,  tenemos que ver como activar el motor económico, que nos empuje a llevar este y otros proyectos adelante y  conseguir a base de un buen marketing, que turista  que  proyecte un viaje por Galicia, en general y a Mariña,   en particular,  empujado por el arte, la gastronomía o la historia, no deje de visitar nuestra monumental ciudad y, a poder ser, que se informe al viajero acerca de su pasado histórico y que no se quede  únicamente con la  visita a la  catedral,  “verdadero corazón de la ciudad”;  existe un excelente museo de arte religioso, seminario, con una biblioteca importantísima; Santuario de los Remedios, Convento de la Concepción, Puente del Pasatiempo, etc. etc. y que  allí nacieron personajes tan  ilustres como  Pascual Veiga, Álvaro Cunqueiro y otros muchos que voluntariamente omito para no alargarme y que confío me disculpen.   Si queremos de verdad  que el turismo sea una de nuestras “tablas de salvación”, pues habrá que ir pensando en inversiones que “retengan” al viajero. Además, el turismo de interior, es más familiar, sostenible y de calidad y no busca sol y playa, sino  lugares con historia, recoletos, tranquilos. Por eso, al visitante, hay que mimarlo y ver  que recorra nuestras tranquilas calles  y plazas  y,  a poder ser,  pernocte, todo  en un  entorno donde se escucha el silencio y alguna que otra campana, de tal forma,  que al marchar le de pena y lleve un hermoso recuerdo. Pero para ello necesita de algunas e imprescindibles instalaciones  que  no preciso enumerar ya que,  José Ramón, las deja al desnudo y bien a la vista. Precisamos un  MONDOÑEDO que abrillante su pedigrí, hoy por hoy,  deslucido y oxidado. No puede quedarse anclado  en la historia.

Hace algunos años que no he vuelto por mi querida ciudad, pero nada habrá cambiado, salvo la falta de viejos amigos,  que ya nunca podré saludar ni abrazar. Intento recordar otras cosas que he ido leyendo o me han contado y,  sin duda, la extrañeza de ver que  el añorado, Bar Central, lugar de clientela, tertulias, vinos conversados y encuentros,  se ha  reconvertido en entidad bancaria.   Quien,  como yo - José Ramón -  conoció aquel otro Mondoñedo,  bullicioso, alegre;  otras gentes de las cuales uno se acuerda a menudo  ya que están alojadas en tu vida como esa almohada en la que duermes mejor, revolviendo en su pasado   y que,  de vez en cuando, se esmera en describirnos y trae  a este Portal,  a través de su  excelente pluma, a “personajes”  que si no hubiesen existido habría que haberlos  inventado,  por su  “socarronería”, “retranca”, “saber” y “entender”, en aquellos años ya tan lejanos, cuando mi cabeza era joven y menos vida gastada, un tiempo en que los recuerdos dejaban huecos libres.  Vamos, que algunos sabían hasta latín, que para eso existía una cátedra en el seminario. Recordando situaciones, personajes, atmósfera y a base de ser sincero, no cambio aquel Mondoñedo por éste, sí,  muy mejorado y rehabilitado,   pero… sin chispa. No hay que huir de la verdad. Lo siento, pero es así de triste. Destacaría como década prodigiosa - en mi niñez y juventud, claro está   -  la de los años 50 del siglo pasado. Que nadie se sienta ofendido, pero  cada persona es hija de su tiempo. 

Dice el incansable y mejor informado del día a día de lo que acontece en nuestra ciudad,  Lorenzo Ares Robles,  en su ultimo articulo de opinión, titulado,  “Mondoñedo moribundo, respira”: “(…) parece que el turismo en la ciudad del Masma alza el vuelo”. ¡Dios le oiga!. Si él lo dice es que será cierto. No creo  suceda como los famosos “brotes verdes” de nuestra deteriorada economía a nivel de Estado, que jamás hemos visto,  ni a través de una cámara,  microscopio,  ni nada que se parezca.  Sí,  en las viñetas de la prensa escrita,  para risa,  recochineo y desprestigio del  personaje o escándalo  de turno. No faltan humoristas geniales en la materia, cuyo trabajo nos hace la vida más agradable.

Hablando de “brotes verdes”, me viene de pronto a la cabeza el éxito de nuestra vecina y amiga, Lorenzana, enmarcada con Mondoñedo en a Mariña Central, que a base imaginación, trabajo y constancia, (o fue producto de un golpe de suerte. No creo)  tiene una producción de faba de calidad suprema - no lo digo yo,  sino los mejores gourmets,  incluidos los vecinos asturianos -   y con tal motivo  se alzó, en nada de tiempo, con una fiesta anual, que este año cumple el XXV aniversario y que se anuncia como, “Festa da faba de Lourenzá”, declarada Feria Internacional de Turismo de Galicia. Llegado aquí, nunca he acabado de entender como  Mondoñedo,  con su privilegiado valle y rica huerta, no sabe  que hacer con ella. (tal vez esté opinando desde el desconocimiento).  Alguna iniciativa se intentó en el pasado, pero los reveses vienen cuando uno menos se los espera  y suceden en todas partes, pero el buen empresario,  insiste, no tira la toalla. Uno cae y se levanta.   Un apunte. Hoy  están  de moda, muy de moda y sobrevuelan por doquier los productos ecológicos y bien podría pensarse en ensayar esta variante,  hoy muy en boca de todos y con un crecimiento expansivo, espectacular.  Yo lo dejo caer aquí. Esto es a grosso modo lo que yo pienso,  y por eso la pregunta finalmente se abre paso: ¿Qué es realidad y que es sueño?  Que alguien me lo aclare.

Para finalizar y no hacerlo largo - que como siempre,  me he pasado  veinte pueblos - mis disculpas por el “totum revolutum” y perdón si en algo estoy equivocado.  Desde mi enamoramiento de sus rúas y valle, me despido, Dios mediante, hasta septiembre en que volveremos a encontrarnos. ¡¡Felices vacaciones!!.

Antonio Doménech Ladra - Valencia


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