Tuvimos en Mondoñedo una etapa en que repetitivamente se habló como de catastrofismo, de gran trastorno en el orden político, hasta el extremo de que se habló y se escribió de nuestra querida Ciudad en los medios de comunicación más importantes por la incómoda y preocupante noticia de que los empleados públicos del Ayuntamiento no iban a cobrar, al día que está mandado, sus sueldos.
Sin embargo ahora parece que se quiere transmitir optimismo (que nos parece lo más acertado) y que tenemos recursos naturales y patrimonio cultural y artístico para desarrollar el turismo, deseando la participación y el compromiso de los hosteleros, y reconociendo que falta infraestructura para acoger y acomodar la gente que nos quiera visitar.
Y también tal vez se ven alternativas en fomentar el pequeño comercio y la pequeña industria, cuando en Mondoñedo se escucha (no sabemos lo que tiene de cierto) con cierta frecuencia que casi todos los promotores se encuentran con obstáculos legales de tipo gubernativo y de normativa urbanística.
¿De verdad que es eso lo que se quiere en el momento de que a la vista está que los gobernantes parecer estar pendientes de resolver oposiciones de pareceres u opiniones internas en los partidos políticos?
Pensamos que el compromiso es o debe ser con Mondoñedo y con los mindonienses, con sus necesidades, con su bienestar y con su futuro. Y que los políticos están para ello.
Se nos recuerda que los mindonienses debemos entrar en ese compromiso, porque también nos atañe. Y así es. Todos debemos poner en marcha una Ciudad que pierde empresas y en la que aumenta el paro, además de que los padres nos desalentamos porque nuestros hijos no tienen aquí oportunidades (estudiados y no estudiados), y lo grave es que, quizás, los hijos piensan que no hemos sabido dárselas, por amargo que resulte.
Está de moda, por la crisis que ya la estamos recibiendo con cortesía porque no nos queda otro remedio y porque ya está sirviendo de excusa para algunas cosas, cortar el grifo de todo el gasto que no sea imprescindible (no se sabe bien lo que es prescindible), bajar los sueldos a los funcionarios y más a los políticos y reducir el número de estos con sueldo.
Pero lo que parece que quieren los mindonienses es que se hagan cosas nuevas, reformas que hagan crecer la Ciudad y la Comarca.
Sin embargo nada de eso es fácil, ni cómodo, porque entre otras cosas no nos creemos que se consiga en corto plazo. Por ello lo urgente, más que pensar en reconstruir, es frenar el deterioro, lograr que las cosas no vayan a peor. (Que no baje la población; que no emigren nuestros jóvenes,…). Y no nos engañemos. Esta es la realidad, y tenemos que ser conscientes de ella para actuar. No es suficiente decir que Mondoñedo fue, aunque la historia es muy importante y la debemos aprovechar para sumar. Y pensar que cuesta más trabajo detener la caída, que estos días nos está azotando, que reiniciar el ascenso, que volver a sumar para ser lo que fuimos. Hay que poner barrera a la destrucción. La tarea no es fácil y el futuro es la responsabilidad de quien ahora gobierna, que debe ser seria y competente.
Si se pide sacrificio al pueblo, a todos; si tanto se quiere, que no lo ponemos en duda, a Mondoñedo; si no hay aspiraciones políticas personales; por qué? no se forma un gobierno de coalición más amplio, capitaneado por la persona que más votos recibió y que su Partido político gobierna en Santiago y en Madrid; por qué? no se suma, si los políticos con sueldo con él continuarían dado que ella cobra de la Diputación.
Sería bueno que, de una vez después de tanto tiempo, se aprobara la normativa urbanística y apartarse cuanto antes de esa regulación de planeamiento que actualmente se usa en el Ayuntamiento de Mondoñedo, obsoleta e ilegal, entendemos, que ni tan siquiera vemos que fuera publicada en el Boletín Oficial de la Provincia. Sin ello no hay ladrillo, de tanta necesidad en la Ciudad de la Paula, para promover trabajo y para ofrecer la segunda vivienda a los de Madrid y otros lugares que gustan de esta zona, de este clima privilegiado que nos toca disfrutar; no hay licencias; no hay Ibi (lo que suma en las arcas municipales);  …Y se puede no poner peros a los promotores de pequeños comercios y pequeñas industrias, y a los que quieran instalar en la Ciudad infraestructuras para el turismo.
No estaría mal  apoyar y buscar trabajo en las ricas tierras del valle que en la mayoría de los casos están sin cultivar.
Ello para no ir a peor en Mondoñedo.
Así lo opino.
 

 LORENZO ARES ROBLES - Mondoñedo

 

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